martes, 4 de enero de 2011

En el lugar que baña al mundo.

 En el puerto, todos los chiquillos nos despedíamos de ellos con alegría y orgullo, diciendo: "vaya, nuestros padres son guerreros, son... historia"
Y ahora, con la boca abierta, observaba a los muchachos en el puerto, abrazando, llorando, apoyando sus dulces cabezas en los fuertes hombros de sus padres. Tras un fuerte abrazo lleno de cariño, besos con ternura o palabras de cariño, todos de la mano regresaban a sus cálidos hogares. Poco a poco, la desesperación llenaba mi cabeza, y la frustración calentaba a mi cuerpo, una horrible pregunta deseaba salir del sitio más siniestro y recóndito de mi persona, manifestándose como un llanto prolongado "Por favor, te necesito, te necesito, no puedo olvidar tu rostro, no puedo olvidarte, por favor no me hagas esto ahora, perdoname, perdona no recordar tu cara en mis sueños, perdona por recordarte en mis pesadillas, pero hoy quiero ver cómo la luna alumbra tu mirada, y que tus manos sequen mis llorosos ojos."
Tal vez, escuchando mis ruegos,  una sombra alta, esvelta, cabizbaja y undida, apareció en el puerto, con una carta y la vieja caja de tesoros de cuando papá. Corrí, hacia él, llorando, con la vista prácticamente nula, y lo abracé, el abrazo más tierno del mundo, el abrazo más único de mi vida, irrpetible "No vuelvas a decirme adiós papá, nunca digas que me echarás de menos, nunca me vuelvas a abandonar, por favor, por favor, por favor, por favor... nunca desaparezcas de mí, por favor..." dije, una gotas mojaron mi cabeza, alcé la mirada... un rostro desconocido, entre llantos me dijo: "Lo siento muchacho, no soy tu padre".




La carta, era para mi madre, del ejército. La foto era de papá, mamá y yo, cuando cumplí los 4 años, justo antes de su partida, y por detrás tenía escrito: "He llorado, he llorado como un niño, he llorado porque he encontrado mi destino y no está cerca vuestra. Es nuestra única salvación, quiero que recordeis, que allá en el lugar que baña al mundo, el paradero de todos nuestros lamentos y lágrimas, allá donde al fin y al cabo llacen mis memorias, estaré yo, buscando algo más que vuestros llantos." La caja de tesoros contenía una caracola de mar.






¿Por que no puedo dejar de gritarle al mar que le quiero, mientras mi cabeza quiere creer que recibo respuestas a través de la caracola...?

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