martes, 14 de diciembre de 2010

Aviones en el viento

Fue cuando el peso del cansancio arrastraba mi cabeza al suelo, y mis párpados se cerraban como una ostra, cuando, sonó la alarma, era el técnico. Medio dormido, tardé en comprender el mensaje:
   -Señores, tenemos una mala noticia, acabamos de recibir una tan terrible...como inesperada noticia. Estamos siendo víctimas de un ataque terrorista, nuestro tren lleva una bomba, que detonará en 15 minutos... nuestro personal está tratando de encontrar el explosivo, pero es... como buscar una aguja en un pajar. Lo sentimos muchísimo.
 Por un instante, el vagón se llenó de caras asustadas, y ninguna respiración se sintió, hasta que un grito despertó el caos entre la multitud, una mujer de unos aproximados 60 años, y pronto se le siguieron muchachos tal vez universitarios, parados... da igual a lo que se dedicasen, porque aquí acababa todo... Comencé a escribir, pero mi mente estaba en un lugar difuminado para la inspiración, asique, pedí clama:
 -Señores, siento decirles, que no quiero que mi último recuerdo sobre este mundo sea el reflejo de su miedo en el cristal de mi ventanilla. No quiero morir, yo tampoco, tengo muchas cosas pendientes, pero vamos a hacer una cosa. Lo primero que debemos hacer es mantener la calma, por supuesto. A continuación, les voy a entregar unas hojas, para que escriban, aquí las cosas que aún no hicieron, y las personas a las que aun no les dijeron todo lo que hubieran querido. Yo como buen escritor que soy, tenía hojas de sobra.- Ahora deben hacer un avión con él, y lanzarlo por la ventana. (...)


-La gente está feliz, echando sus aviones al viento... y yo, que quise parecer tan frío, lloro, lloro como un cobarde y embustero... quedan cinco minutos, y parece que no encuentran nada, en realidad, están brindando, por su futuro tal vez prometedor, rendidos ya y con la realidad asumida por completo. Y yo, sólo puedo llorar... fin. -tras un silencio, sonó un pitido. Y volvió a pulsar el botón:
 -Este es el contestador de Julia, deja tu mensaje, después lo leeré sin falta.
 - ...Estoy sonriendo ¿Sabes? Quiero pedirte un último favor, todo esto que te he dejando, que espero que escuches, quiero que sea el primer capítulo de mi última y tu primera novela: "Más allá de los ojos de Julia".

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